simple curiosidad, en busca de nuevas emociones.
Como era su primer día, se quitó la ropa como todo el mundo y fue a dar
vueltas por el jardín. Una linda rubia apareció por ahí y él inmediatamente
tuvo una erección.
La chica notó su erección e inmediatamente se le acercó sensual:
"¿Me ha llamado, señor?"
"¿Yo? No, ¿por qué?"
"Usted debe ser nuevo; le voy a explicar:
Aquí tenemos una regla: si le provoco una erección, quiere decir que usted
me ha llamado, que usted me desea".
Sonriente, la chica lo lleva a un
jardín y se acuesta en una toalla; tira fuertemente hacia ella de la mano
del hombre y se deja poseer de todas las formas posibles.
El fulano, loco de contento, sigue explorando las delicias de aquel campo.
Entra a la sauna, se sienta e involuntariamente se le escapa un pedo.
Sonriente, de inmediato se le acerca un tipo enorme, peludo y con una
erección del tamaño de un bate de béisbol:
"¿Me ha llamado, señor?"
"¡¿Yo?! No, ¿por qué?"
Usted debe ser nuevo aquí. Le voy a explicar: tenemos una regla que dice que
si te tiras un pedo, significa "que me ha llamado, que usted me desea".
Dicho esto, el gigantón voltea a nuestro personaje sobre el piso y lo posee
de una manera bestial. Luego se marcha.
El novicio con mucha dificultad se dirige como puede a la oficina del club.
Una recepcionista desnuda lo saluda muy sonriente:
"¿Puedo ayudarlo, señor?"
El le devuelve su llave y su tarjeta y dice: "Puede quedarse con los 500
euros de cuota inicial".
"¡Pero, señor, usted tan sólo ha estado aquí un par de horas y solamente ha
visto un par de nuestras facilidades""
"Escúchame una cosa, nena, yo soy un hombre de 58 años.
A duras penas tengo una erección al mes, pero me tiro como 15 pedos al
día...
"¡No me conviene, gracias!".
