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EL ALDEANO

UN PERIODISTA LLEGA A UN PARAJE MONTAÑOSO PARA HACER UN REPORTAJE SOBRE LA VIDA DEL LUGAR.


ABORDA A UNO DE LOS ALDEANOS Y LE DICE:

POR FAVOR, CUÉNTEME ALGO ANECDÓTICO DE ESTE PUEBLO

EL ALDEANO COMIENZA:


UNA VEZ SE PERDIÓ UNA CABRA DE NUESTRO REBAÑO, Y COMO ES LA COSTUMBRE, NOS REUNIMOS TODOS LOS DE LA ALDEA, BEBIMOS UNAS BOTELLAS DE VINO Y SALIMOS JUNTOS A BUSCARLA AL MONTE.

CUANDO LA ENCONTRAMOS, COMO ES LA COSTUMBRE, VOLVIMOS A BEBER VINO Y UNO POR UNO NOS FOLLAMOS A LA CABRA.


EL PERIODISTA INTERRUMPE:

OIGA, QUE ESTE REPORTAJE SERÁ PÚBLICO.... MIRE, MEJOR ME CUENTA ALGO ALEGRE DE LA REGIÓN.


BIEN DICE EL ALDEANO.


UNA VEZ SE PERDIÓ EN EL MONTE LA MUJER DE UN VECINO Y, COMO ES LA COSTUMBRE, TODOS BEBIMOS Y SALIMOS EN SU BÚSQUEDA.

AL ENCONTRARLA, COMO ES LA COSTUMBRE, BEBIMOS Y CADA UNO SE LA FOLLO.


EL PERIODISTA NO SOPORTÓ MAS Y CON EL FIN DE EVADIR EL TEMA, LE DIJO AL ALDEANO:


MIRE, MEJOR CUÉNTEME ALGO TRISTE.


EL ALDEANO, LIMPIÁNDOSE UNAS LÁGRIMAS QUE COMENZABAN A SALIR DE SUS OJOS LE DIJO:


UNA VEZ, YO ME PERDÍ EN EL MONTE ………………

Me recuerda un poco este otro chiste, algo largo:

Estaba Manolo, que era cazador, en el chigre del pueblo, cuando le comentaron que por aquellos montes había un oso que además de imposible de cazar por lo escurridizo, a los cazadores que lo intentaban los pasaba por la piedra. Dijo Manolo, esto no puede ser. Salió al día siguiente con su escopeta a la caza del oso en cuestión. Llevaba un rato siguiéndole la pista, cuando detrás de un arbol ve como se asoma la cabeza del oso, dispara y ... al rato le pican por la espalda y es el oso que le dice:
-Ay amigo, fallaste, y ahora tienes que pagar prenda...

Y zas. Y así regresa al pueblo humillado, reconcomido y sin ánimo para sentarse. A la semana siguiente, vuelve al monte pero con un fusil ametrallador con una cadencia de tiro de quince disparos por segundo y calibre del veintidós. Ya llevaba un rato buscando la pista del oso, cuando a unos veinte metros ve al oso que está erguido y haciendole señas con las patas delanteras. Me cago en su manto... dijo para sí Manolo, y sin pensarlo le vació un cargador entero en lo que dura un soplo. Matorrales volados, árboles astillados, y cuando ya se poner a buscar al cadaver del puñetero oso, nota que le pican por detrás y es el oso que le dice:
-Ay amigo, fallaste otra vez, y ahora tienes que pagar prenda...

Y zas. Y zas. Nuevo regreso al pueblo con la cabeza bien alta porque no estaba en condiciones de doblar la espalda ni un centímetro. Pero no se rinde, a la semana siguiente consigue un bazooka y vuelta al monte. Ya llevaba un par de horas buscando la pista, cuando ve al oso bajo un árbol haciéndole otra vez señas. No lo duda un momento, apunta con el bazooka y zuuuuum...bale. Una nube de polvo completa. Pasan unos segundos, cuando le pican por la espalda, y es el oso que le dice:
-Ay picarón, tú aquí, ¿no vienes a cazar, eh?

........

muy buenos los dos son geniales