"Buenas tardes. Desearía por favor, me mostrasen el mejor anillo que tengan en su stock, acorde con esta hermosa mujer que me acompaña."
"Por supuesto Sr."
Y después de varias muestras:
"Mire, en realidad quiero el anillo más espectacular que tengan. No importa el precio... no dejará de ser una nimiedad en comparación con la exquisita belleza de mi amada".
"Creo que esto es lo que buscan: Una joya de artesanía incomparable, con incrustaciones de diamantes y esmeraldas."
"Sí, realmente es una verdadera maravilla... ¡Nos lo quedamos!
Dado que es viernes tarde y no me va a ser posible obtener esta cantidad por el cajero automático, le voy a extender un cheque por valor de 10.000 euros, y, el lunes por la mañana, si son tan amables, me llevan el anillo a la dirección que le escribo ahora en esta nota."
"Perfecto, D. Eduardo, como usted desee, así se hará. El lunes a primera hora de la mañana y una vez cobrado el cheque, le entregaremos el anillo en la dirección que nos indica".
Lunes por la mañana. El teléfono suena en casa de D. Eduardo:
"Buenos días, ¿D. Eduardo?"
"Sí, el mismo que le habla. ¿Me llama usted de la joyería verdad?"
"Sí, en efecto, D. Eduardo"
"Muy bien. ¿Ya han comprobado que el cheque que les dejé no tenía fondos verdad?"
"Sí D. Eduardo, esa era la razón de mi llamada"
"Bien, no se preocupen más por el tema. Puede tirar el cheque a la basura y olvidarse del anillo...
¡YA ME LA HE FOLLADO!"

