Aquella chica joven que se va a confesar medio llorando y con un gran disgusto:
- Padre, mi novio... mi novio es un hijoputa.
- Hija, por Dios, esas cosas no se dicen.
Mientras tanto, el cura que la ve toda desconsolada le empieza a echar mano, y ella, pues inocente la pobre se deja consolar.
- Que sí Padre, que es un cabrón.
- Hija, por favor, no hables así.
Aquí el tío ya le está sobando todo.
- Que se ha portado muy mal y me ha hecho una faena muy gorda...
- Bueno hija, seguro que podemos perdonarlo. ¿Qué es lo que te ha hecho tan grave?
El paisano con la sotana por la cabeza y empujando como un campeón.
- ¡Que el hijoputa tenía SIDA y no me lo dijo!
- ¡¡AYY HIJOPUTA!!