Un asturiano está bebiendo en un bar de Lugo. Recibe una llamada en su móvil. Descuelga, sonríe de oreja a oreja y ordena una ronda de bebidas para todo el mundo en el bar porque, anuncia, su mujer ha tenido un “típico” bebé asturiano con un peso al nacer de 11 kilos.
Nadie puede creer que un recién nacido pueda pesar 11 kilos, pero el asturiano se encoge de hombros.
-“Ye la media n'Asturies, tíos. Como dije, el críu ye un típicu bebé asturianu". Ta to pago”.
Las felicitaciones le llueven de todos los que están cerca y todos brindan por el nuevo guaje.
Dos semanas más tarde el asturiano vuelve al bar.
El camarero lo reconoce y dice:
-“Usted es el padre del típico bebé asturiano que pesó 11 kilos al nacer, ¿no? Todo el mundo ha estado haciendo apuestas sobre lo que pesaría el bebé a las dos semanas. Le íbamos a llamar... ¿cuanto pesa ahora?””
El orgulloso padre responde:
-“Ocho kilos”.
El camarero pregunta confuso:
“Pero,¿Que ha sucedido? Si pesaba 11 kilos el día que nació”. ¿Está enfermo?.
El padre asturiano se toma pausadamente un sorbo de su botella de cerveza, se seca los labios en la manga, se inclina hacia el camarero y orgullosamente le dice...
“Operámoslu de fimosis”