(...) Así que me pongo de pie. Me paseo alrededor de ti con el látigo en la mano, haciéndolo restallar en el aire, amenazante. -Bueno, esclava, hoy vas a saber lo que es bueno, te vamos a follar por todas partes sin que puedas moverte, te enteras? -Sí mi amo, lo estoy deseando. Me sitúo delante de t...